Según revelan las personas que conviven a diario con Jaime Camil
en las grabaciones de "Qué Pobres Tan Ricos", la actitud del actor es
francamente insufrible. No solo exige trato de gran estrella, sino
también ha amenazado con abandonar la producción si sus peticiones no
son cumplidas.
Entre otras cosas, el galán ha prohibido que cualquier persona ajena a
la telenovela se acerque a él, intente entrevistarlo, le tome
fotografías o le pida autógrafos. De hecho, enfurece cuando cualquiera a
su alrededor tiene un teléfono celular en la mano, pues no
desea que se
capten imágenes suyas sin su autorización.
Su prepotencia lo ha llevado a ponerle un ultimátum a Rosy Ocampo, a
gritos y con palabras altisonantes: si no se cumple lo que él desea,
dejará de ser protagonista de la telenovela, según reporta el diario
Basta. Lo cierto es que ya es conocida su conducta prepotente con la
prensa y el público, aunque él se presenta como un hombre afable y
amistoso.
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